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¡¡NO sin mi móvil!!
- octubre 17, 2022
- Publicado por: Rubén Fernández
- Categoría: Sin categorizar
Hoy en día nadie se sorprende cuando nuestro hijo nos dice “¡me he dejado el móvil en casa, tenemos que regresar!!” o “necesito mirarlo para saber que ha pasado” o “lo he perdido y debo comprarme otro inmediatamente”. Efectivamente frases de este tipo no hacen otra cosa que confirmar el aumento desproporcionado de personas adictas a este objeto considerado a día de hoy casi sagrado y digno de culto.
Son muchos los problemas psicológicos y sociales que desde hace años genera este tipo de tecnología. Hace apenas 25 años unos pocos lo tenían y no pasaba nada, nos las apañábamos sin él. No me entiendan mal, los avances tecnológicos creados para el bien común son positivos, el problema es cuando se escapan a nuestro control.
Cuando en una sociedad el uso excesivo de algún instrumento se vuelve absolutamente viral puede traer consecuencias desastrosas. Sin embargo le restamos importancia, nos decimos “¿si todo el mundo lo usa por qué yo no?” “mis amigos se pasan el día mirándolo, si hago lo mismo no soy un bicho raro” “me permite estar informado de lo que pasa en el mundo, así que sin problema”. Insisto que en principio el móvil tiene muchos cosas buenas siempre y cuando no se vuelva adictivo, favoreciendo problemas comportamentales y psicológicos. Si quiere aportar su experiencia o saber más sobre este tema puede visitar la página www.insacavi.com
¡!Los datos alarman y preocupan¡¡
El informe mobile de 2020 indica que más de 7,6 millones de españoles se consideran adictos a sus dispositivos. Más del 61% lo último que hacen antes de dormirse y lo primero al levantarse es mirar su móvil. Más datos significativos, aproximadamente 3,7 millones no pueden pasar más de una hora sin consultarlo. En este sentido el 81% de los varones admite que no podría vivir sin él frente al 72,9% de las mujeres.
La adicción al móvil sin duda alguna “conecta”, nunca mejor dicho, con la adicción a Internet, ya que en el 80 % de los casos su utiliza un dispositivo móvil para acceder a la red. La media en España en tiempo conectado a Internet son 5 horas y 14 minutos. El 70% de ese tiempo se dedica a conversaciones con otras personas a través de washapp y Facebook. Esto significa que si le preguntamos a nuestro hijo que hace tanto tiempo mirando su móvil día tras día y nos dice “es para obtener información sobre trabajos de clase”, no es cuestión de desconfiar, pero casi seguro nos está mintiendo.
¡¡Ojo al dato!!, también según el informe mobile los jóvenes españoles entre 18 a 24 años pasan más de 6 horas al día enganchados a su dispositivo. La cuestión es valorar cuántas horas realmente se destinan a labores productivas.
¿Se puede sufrir síndrome de abstinencia por culpa del móvil?
Les planteo una pregunta, seguro muchos de ustedes ya conocen la respuesta, ¿qué sucede cuando a su hijo se le castiga con la prohibición de no usar el móvil?. Es casi seguro no lo aceptará de buena gana. Incluso puede ponerse agresivo.
A veces no somos conscientes de algo sumamente importante, el uso de las redes genera en el cerebro humano la activación de los llamados “centros del placer”, los cuales dicho de forma sencilla nunca se cansan de experimentar más y más placer y, si es posible, cuanta más intensidad mejor. Esta situación nos vuelve literalmente adictos a buscar momentos que nos hacen sentir bien. En este sentido el móvil genera un enganche especial, mezcla de sensaciones especiales debido a que no podemos saber con seguridad cuando recibiremos la información/mensaje deseado. Este tipo de condicionamiento conocido en el campo de la psicología como “intervalo intermitente” produce un estado de incertidumbre que engancha. Por otro lado, si de repente dejamos de alimentar a los centros de placer y encima lo hacemos de forma brusca, podemos experimentar en mayor o menor medida un síndrome de abstinencia en toda regla con signos de ansiedad, inquietud, irritabilidad, pérdida de concentración, alteraciones del sueño, etc…
Las consecuencias de mirar demasiado tiempo a una pantalla
El ser humano no está hecho para comunicarse a distancia y a través de un dispositivo. Actualmente las relaciones sociales debido al uso indiscriminado del móvil son cada vez más frías e inhumanas, lo que favorece con el tiempo sociedades poco empáticas.
Es momento de reflexionar al respecto y plantearse una importante pregunta ¿las nuevas tecnologías han favorecido una sociedad más armónica y feliz?. Los datos objetivos parecen indicar lo contrario. En los últimos 10 años, los problemas psicológicos tipo ansiedad, depresión se han disparado, al igual que el número de suicidios. No es cuestión de echarle la culpa de todo a las redes sociales, pero su mal uso puede perjudicar más que beneficiar. Tantas horas de móvil potencia un modo de vida “automatizado” que dificultad reflexionar sobre la dirección que a veces toma nuestra vida. A veces sin motivo aparente nos sentimos muy estresados, agobiados y frustrados. Es posible el uso de las redes a través del móvil han potenciado nuestro estado de autoexigencia, olvidándonos de aquella sabia frase que decía “no es más feliz quien más tiene, si no quien menos necesita”.