Shakira y Sal-Piqué….la culpa fueron las expectativas

Desde hace relativamente poco tiempo se habla y opina en redes sociales y otros medios de comunicación, sobre la relación de pareja que mantenían hasta hace bien poco dos personas públicas muy conocidas. Los posibles motivos de su ruptura, sin tener en cuenta la supuesta infidelidad de Piqué, pueden estar relacionados con el tema que hoy quiero desarrollar: las expectativas. Éstas son inherentes al ser humano con independencia de la fama, dinero o condición sociocultural.

¡Todo comienza con una expectativa!

Pero ¿qué es una expectativa?. Una posible definición es una propuesta mental creada por el cerebro, donde los estados internos son de vital importancia, concretamente pensamientos, sensaciones y emociones. Por otro lado la sociedad en la que crecemos y convivimos se encarga de valorar todas las expectativas en términos de buenas o malas, adecuadas o inadecuadas, correctas o incorrectas.

Antes de conocerse, tanto Shakira como Piqué ya “arrastraban” y tenían sus propias expectativas y juicios personales. En este sentido no son muy diferentes al resto de mortales, con la salvedad que su nivel económico seguro les permite satisfacer sus expectativas materiales con facilidad. Sin embargo a nivel emocional imagino que, al igual que el resto de humanos deseaban ser felices juntos, vivir tranquilos y en armonía.

Estas propuestas mentales de las que hablo, en alguna medida permitieron que en su momento Shakira sintiera atracción por Piqué y viceversa. Como digo, nada diferente al resto.

Del amor al odio hay un paso

Ya lo dice Shakira en su última canción, causante de un gran revuelo e infinitos comentarios. Esta frase en ocasiones oculta una verdad incómoda que resulta difícil aceptar, seamos o no famosos: “si cumples mis expectativas te amo, si no las cumples te odio”. Al principio de una relación todo suele ser más ideal. Solemos ofrecer nuestra mejor versión/máscara y ocultamos las partes más oscuras. Ayuda por supuesto toda una cascada y liberación de hormonas de la felicidad y del frenesí, que nos permiten incluso confundir a un Brat Pitt con un Brendan Fraser.

Solo hay una situación donde es imposible pasar del amor al odio en un paso, porque ni existe ni se crea odio: cuando se ama de manera incondicional a otra persona. Por desgracias hoy en día este tipo de relaciones “unicornio” escasean. En este sentido deberíamos aprender de nuestros amigos más fieles: los perros.

¿Por qué a veces fracasan las relaciones de pareja?

Por supuesto nadie debería sentirse obligado a convivir con otra persona si no lo desea.  Si el objetivo de buscar pareja se enfoca en evitar sentirse solo y recibir en vez de dar, las probabilidades de éxito no serán altas. Si además no solo uno, ambos miembros de la relación prefieren recibir más que dar, el fracaso está prácticamente asegurado. Serán habituales los comportamientos egoístas y las exigencias. La cantidad de derechos por ambas partes superará con creces al de las obligaciones y existirá una predisposición a intentar que satisfagan y se ajusten a nuestras expectativas y necesidades, tanto materiales como emocionales. Tal vez algo de lo que acabo de explicar, además de la monotonía, les sucedió a Piqué y Shakira, a saber: los dos querían recibir más que dar, uno daba más que el otro, ambos daban si también recibían…

La culpa fueron las expectativas

En los comienzos, como decía, solemos mostrar la mejor versión/faceta. Hay gran interés por agradar y satisfacer las necesidades del otro. De nuevo volvemos a caer en la trampa de las expectativas, nos decimos “si me comporto de esta forma tengo más posibilidades de gustar y evitar el rechazo”.  No digo que siempre suceda así, pero por mi experiencia clínica como psicólogo, con los años solemos volvernos más pasivos y cómodos. A esto se añade la facilidad para ver los defectos del otro y no darse cuenta de los propios. Desde este posicionamiento es sencillo echarle la culpa a la pareja de nuestra infelicidad y malestar emocional, cuando realmente este malestar puede que lleve ya muchos años acompañándonos, y, aprovechando la ocasión, proyectamos nuestras “mierdas” en la persona de confianza y, que supuestamente, tanto queremos. Bajo estas circunstancias, donde se añade la cruel rutina y monotonía del día a día, la cabeza puede comenzar a pensar ¡¡a lo mejor no es lo que buscaba!!. En el fondo es muy similar a decir: “ya no cumple ni se ajusta a mis expectativas”. Como consecuencia el cariño poco a poco se transforma en rencor consecuencia del rechazo y la frustración. A veces la pareja puede ser alguien excepcional, buena persona, inteligente, amable, con multitud de cualidades positivas y virtudes, pero el nivel de exigencia y egoísmo es tan alto que nos permitimos el derecho a rechazar a un ser humano maravilloso con gran capacidad de amar. Realmente lo que les pasó a Shakira y Piqué solo ellos lo saben. Imagino cada uno tendrá su propia versión que parece no coincidir.

La fórmula de la “coca-cola emocional” es la siguiente: sufrimiento es igual a diferencia entre las expectativas y la realidad